
Este es el destino de
un escritor que viaja desde el interior del país para arribar a una megalópolis
en donde durante tres semanas se desarrolló la 41ª. Edición de la Feria
Internacional Libro 2015. Un predio que tiene
45000 metros cuadrados en la sede de la Sociedad Rural Argentina, barrio de
Palermo, en donde convergen renombradas editoriales, medios periodísticos,
instituciones culturales y educativas de la misma manera que pequeñas casas editoriales sobre todo
provenientes del resto de las provincias del país.
Es una de las ferias
más importante del continente y en esta propuesta se produce la aproximación y
charla entre el lector y el escritor. Profesionales de las letras de otros
países fueron invitados, entre ellos
podríamos citar a Javier Cercas y Arturo Pérez- Reverte, entre otros.
Pero esta Feria 2015,
tanto como otras ferias anteriores, no dejó de ser una gran librería organizada
por pasillos identificados por colores. Claro está que quizás lo más importante
que haya tenido este encuentro fueron las cientos de conferencias y
presentaciones de libros que cobraron notoriedad en el último año y a las
cuales el público pudo acceder. Si no
fuese por este tipo de actividades, más de un lector porteño y otros asiduos
visitantes a la capital, comentaron por ahí que es más agradable pasear por las
librerías de la avenida corrientes la cual entre Junín y 9 de julio, cuenta con alrededor de 25
librerías que pueden vender en su conjunto aproximadamente 3500 libros y ser
visitadas diariamente por entre 300 y 800 personas.
Sin embargo, los
molinetes de las entradas, que sólo tienen la función de contar una
aproximación de los asistentes, arrojaron como resultados más de un millón
visitantes en este año. Estos datos nos proponen pensar que es un evento que se
puede analizar en clave de masividad: convergencia de lectores, de quienes
abordan su acercamiento al libro impreso y de quienes lo toman como un
descontracturado paseo.
Un párrafo aparte
merece el sector de los stands de las provincias, separado del gran escenario.
La cercanía entre un stand y otro, sin cobertura, la contaminación auditiva,
impiden lisa y llanamente, la presentación de un libro y mucho menos, la
actuación de algún número musical. Consultado por este medio el escritor
porteño Daniel Quintero, quien en el mes de agosto presentará en nuestra
provincia su último libro Malhoja,
resaltó lo duro y, a veces frustrante, que es para un escritor que emprende un
largo viaje hasta la Feria y su presentación no puede ser escuchada por el
ruido exterior. Sucedía esto en el stand de Tucumán, que a pesar del gran
esfuerzo y amabilidad con que los responsables,-sonidista, promotoras,
organizadores del espacio- reciben a los que llegan de nuestra provincia, no
podían evitar el fuerte sonido de otros stand de provincias vecinas que se
encontraban en frente, a la izquierda, a la derecha y separados por no más de
cuatro metros. Es un problema que lo sufren todos y está en manos de los
organizadores de la feria la posibilidad de solucionarlo, superficie existe de
sobra. En fin, no desconocemos que la Feria del Libro es un gran negocio y
evidentemente el espacio de las provincias, separado por un largo pasillo, no
está incluida en la partida.
Pero para un escritor
que llega a Buenos Aires existen otros escenarios para presentar sus trabajos y
aprovechar su estadía literaria: lectura en ciclos- muchos se organizan en esta
época- Centros culturales, entrevistas en radios y programas de tv.
Entre algunos de los
escritores tucumanos que este año presentaron sus libros podemos nombrar a
Estela Porta, Silvia Gómez, Mirta Sema, Leticia Mure, Oscar Barrionuevo y
Ernesto Rojas. En las estanterías se podían encontrar ejemplares de algunas de
las editoriales de esta provincia: Ediciones de Octubre, La aguja del Bufón,
Trascendernoa, Ediciones del Parque, Edunt y Publicaciones de la Facultad de
Filosofía y Letras.Feria internacional de libro de Buenos Aires y la deuda con los escritores del interiorhttp://oscarbarrionuevo.blogspot.com.ar/2015/05/feria-internacional-de-libro-de-buenos.html
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